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Nuevos Territorios: Laboratorios de Diseño, Artesanía y Arte en Latinoamérica Por Andrea García Cuevas – 10 de agosto del 2016

Después de presentarse en el Museo de Artes y Diseño (MAD) de Nueva York, Nuevos Territorios: Laboratorios de Diseño, Artesanía y Arte en Latinoamérica llega al Museo Amparo en Puebla (México), donde se despliega el trabajo de cerca de 75 diseñadores, artistas, artesanos y colectivos en alrededor de 10 salas. Organizada por los curadores del MAD Lowery Stokes Sims y William y Milded Landon, el proyecto es resultado de una colaboración curatorial e investigación exhaustiva realizada con un comité conformado por Regine Basha, Marcella Echavarría, Susana Torrellas Leval, Ana Elena Mallet, Nessie Leonzini Pope, Mari Carmen Ramírez, Gabriela Rangel y Jorge Rivas-Pérez.

Hablar de Latinoamérica en general es equivalente al imaginario que concibe a África como un territorio homogéneo y sin diversidad alguna. Igualmente lo es referirse sólo a los capitales principales de la región, como Ciudad de México, Caracas, Santiago de Chile, Río de Janeiro o Buenos Aires, y a dos zonas que representan a un mercado emergente: San Salvador y San Juan. La curaduría, sin embargo, evita la obviedad y el lugar común en la selección de estas ciudades bajo pretexto de una división por tendencias ilustradas con ejemplos no sólo de diseñadores latinoamericanos, sino también europeos y hasta asiáticos que se han involucrado laboralmente con esta región del mundo.

 

Así, la exposición se divide en seis ejes: Llevar lo artesanal al futuro (Ciudad de México y Oaxaca), Creación de nuevos mercados para el diseño (San Salvador y San Juan), Upcycling y reutilización de objetos (São Paulo y Río de Janeiro), Conversaciones con legados artísticos (Caracas), Cultivar las colectividades y la experimentación (Santiago de Chile y Buenos Aires), y Navegando el espacio personal y cívico (La Habana). Cada uno busca deambular entre proyectos de arte, diseño y artesanía, o el encuentro entre estos, aunque hay un inclinación mayor por los trabajos de diseño.

 

Dos preguntas resuenan a los largo de Nuevos Territorios: ¿Qué es un territorio? Y ¿aún es pertinente cuestionar las barreras entre el diseño, la artesanía y el arte? El concepto y despliegue curatorial están basados en una idea desarrollada por el arquitecto y diseñador italiano Gaetano Pesce: «Por más de 50 años, he creído firmemente que si los objetos expresan valores que no son exclusivamente utilitarios y que si la llamada obra de arte revela su propia funcionalidad, como lo hizo en el pasado, entonces las fronteras de las expresiones artísticas deben abrirse a nuevos territorios que eliminen las barreras que separan los diferentes medios creativos y enriquezcan la cultura en general».

No obstante las buenas intenciones, los «nuevos territorios» de Pesce no parecen proyectarse con fuerza aquí. A pesar de que los curadores buscaron eliminar estas barreras, la división por ciudades y por disciplinas —por lo menos en términos de lenguaje— acentuó más los diferentes territorios de América Latina, cuyas expresiones artísticas claramente se ven influenciadas por las particularidades de sus contextos políticos, sociales y económicos. No sólo era evidente la falta de proyectos de artesanía —que sólo se abordo desde la colaboración con el diseñador y no por sí misma, como sí sucede con las otras dos ramas—, sino que algunos de los temas más reflexivos como «Navegando el Espacio Personal y Cívico» eran abordados principalmente desde el arte: la obra La Plaza Vacía (2012) de Coco Fusco expone la activación de la Plaza de la Revolución en La Habana, cuyo estatus público está limitado a lo político y turístico. 

 

Por su parte, desde el encuentro entre arte, diseño y artesanía, los nuevos territorios se enfocan más en los resultados que en los procesos. Si bien la tradición del diseño tiende hacia la cultura material, como disciplina su enfoque no se agota en la llamada práctica industrial. Y desde esta perspectiva, hablar de diseño en general es tan complejo como hacerlo de América Latina, como se mencionó anteriormente. Pero no hay que olvidar que la labor de esta práctica  no sólo es crear un objetos estéticos y funcionales, sino detonar posibilidades, plantear escenarios, incidir en lo cotidiano, plantear relaciones.

Lo que representa Nuevos Territorios: Laboratorios de Diseño, Artesanía y Arte en Latinoamérica en términos generales es la importancia de observar el diseño desde el espacio museístico y otorgarle un espacio que no sólo sea el de la contemplación. Es necesario pensar en la importancia de realizar exposiciones de diseño en un país como México, donde los museos apenas comienzan a otorgar un lugar a la disciplina: ¿cómo abordarlo desde nuestro contexto?, ¿qué espacios son idóneos para observar y pensar el diseño?, ¿cómo pensar estos ejercicios desde la transmisión de conocimiento?

Por lo demás, varias preguntas siguen pendientes: ¿La artesanía debe alcanzar el futuro?, ¿lo artesanal se está ajustando a las exigencias del mercado?, ¿el diseño latinoamericano crea nuevos mercados sólo por medio de galerías de Europa o América Latina?, ¿cómo aprovechar las particularidades y recursos del contexto para imaginar nuevas plataformas, posibilidades y salidas del diseño?, más allá de destacar por una producción nutrida, ¿qué implicaciones tiene ser un territorio creativo?  Y aunque insistente, ¿el diseño es arte?: «Diseño ≠ Arte. Las buenas ideas en el diseño requieren mayor desarrollo después de que son presentadas en museos como gestos experimentales y llamativos. Sólo entonces añadirán un sentido al mundo de los objetos cotidianos y alcanzarán a un público más amplio». (Hella Jongerius y Louise Shouwenberg, «Beyond the New: a search for ideals in design», 2015)