Su obra pictórica, se inició a partir de representaciones figurativas, estudios desarrollados a través del dibujo, que se enfocaron en las formas del paisaje, lugares, naturalezas y cuerpos que desembocaron en una atención particular del volumen y el color.
Su pintura actual es un resultado y experimento constante del degradado de la luz, las tonalidades y el manejo del color, en constante búsqueda de la reacción que pueden tener los colores entre sí, en la obra misma, pero también en la comunicación con el exterior, como es que se relaciona este paisaje cromático con el espectador, generando sensaciones, visiones y recuerdos para quien lo contempla. Observando todavía de manera atenta, las formas , construcciones y matices del mundo natural, transformándolas en abstracciones puntuales y sensoriales.

El uso del óleo como material, aplicado de manera tradicional en la tela, es decir con brochas y pinceles, otorga una libertad de movimiento y maleabilidad del color, que se traduce en armonía, incluso en una inherente espiritualidad que invita a la contemplación.